Ahora que ya estamos en verano, lo normal es tomar bebidas frias para refrescarnos. Aunque el té caliente es un muy buen remedio para cortar la sed, también lo podemos disfrutar bien fresquito. En este artículo no vamos a hablar de recetas de té frio, sino de las diferencias entre un té verde frio y caliente, así como las propiedades del primero.
El té frio se puede preparar con cualquier variedad de té, aunque la elección de que tipo en específico puede variar en función de con qué lo acompañemos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que para preparar un té frio primero se tiene que realizar una infusión como siempre, para enfriarla después. De esta manera nos aseguramos que las hojas de té liberen los minerales, taninos y la cafeína (también llamada teína). Así aseguramos que las propiedades sean las mismas que con el té caliente. No hay una infusión en frio, almenos ninguna que haga que el té mantenga las misma propiedades que realizado en caliente.
El té caliente quizás es mas relajante que su versión en frio, aunque la sensación refrescante de un té frio es siempre mucho mayor. ´
El té frio tiene las siguientes propiedades:
Altamente refrescante
Diurético
Relajante muscular
Aumenta la resistencia y el rendimiento físico
De todos modos, hay que tener en cuenta que debido a la cafeína, si se toma en altas dosis el té puede provocar deshidratación, aun así se recomienda tomarlo después de una actividad física para reponerse (el té verde es perfecto, dado que es alto en magnesio y potasio).